sábado, noviembre 05, 2005

Aromaterapia

La aromaterapia es el uso de esencias y aceites esenciales para la relajación, la curación, el culto y la oración, y también para atraer el amor. Emplea perfumes, inciensos, aceites, maderas o lociones.
La historia de la aromaterapia se remonta a los romanos, griegos, egipcios e incluso a pueblos anteriores. Los aromas constituyen un poderoso aliento para elevar la espiritualidad, aguzar el conocimiento psíquico, estimular los recuerdos del pasado (buenos y malos) y favorecer un descanso reparador. En años recientes ha resurgido como una auténtica terapia y, como tal, ha sido aceptada por buena parte del público. Utilizando ingredientes procedentes de las esencias y métodos adecuados para aplicar dichas esencias, la aromaterapia representa una terapia alternativa para quienes desean ir más allá de los métodos habituales empleados para combatir las enfermedades, en los que con frecuencia los márgenes de beneficios hacen que se traten los síntomas en vez de combatir las verdaderas causas de los trastornos. Algunas esencias se usan para aumentar la energía física y tener la mente alerta, mientras que otras se emplean para reducir los efectos del estrés. En la actualidad, la aromaterapia emplea principalmente aceites esenciales. Seguramente habrá oído hablar de ellos y, con toda probabilidad, los habrá visto en las tiendas de productos naturales.

Pero ¿qué son exactamente los aceites esenciales?
Un aceite esencial es la sustancia aromática que se
produce de un modo natural en las plantas. Es lo que da a las rosas y al ajo ese olor tan característico. Los aceites esenciales embotellados son productos destilados a partir de sustancias vegetales naturalmente aromáticas (como hojas o pétalos). En los años treinta, un médico inglés llamado Edward Bach creyó que si se corregía el desequilibrio emocional de los pacientes, las defensas naturales del organismo para resistir a las enfermedades se incrementarían. Las esencias no deben usarse para dolencias físicas específicas, sino para estados mentales y anímicos. Bach extrajo aceites de treinta y ocho flores de plantas, arbustos y árboles no venenosos, y los probó para estudiar sus efectos sobre el estado de ánimo. El resultado de sus trabajos se conoce como la Terapia Floral de Bach. Cada tipo de esencia se emplea para tratar un específico estado mental o emocional. En general, las esencias florales de Bach se presentan en forma líquida, se usan en dosis de cuatro gotas, tres veces al día -mañana, mediodía y tarde-, y se toman con el estómago vacío. Pueden usarse interna o externamente. El tratamiento debe seguirse durante seis o siete semanas, o hasta que se nota una mejoría. Las esencias florales de Bach ahora también se venden en forma de cremas, que asimismo pueden usarse interna o externamente. Estas esencias florales no son nocivas ni crean hábito, y no se les conoce efectos secundarios. Han sido empleadas para modificar estados de ánimo caracterizados por sentimientos de miedo, preocupación, ira y depresión, los cuales pueden llegar a provocar enfermedades o impedir una recuperación normal. Las esencias trabajan sobre la vertiente emocional de la persona enferma y la ayudan a transformar las actitudes negativas en positivas. Una actitud positiva permite que el cuerpo se defienda mejor de las enfermedades físicas y alivia el estrés emocional. Las esencias florales de Bach pueden adquirirse en muchas tiendas de productos naturales. Además, en el mercado existen muchos libros y folletos que explican de modo detallado qué tipo de esencia conviene a cada persona. Algunos de estos folletos incluyen un pequeño cuestionario que permite determinar cuál es la esencia más adecuada para cada caso.

•Si decide emplear aceites esenciales para un tratamiento de aromaterapia, es indispensable que se familiarice con el aceite que ha decidido usar, puesto que determinados aceites son peligrosos y deben ser evitados del todo o usados con precaución. Sobre todo tenga presente que los aceites esenciales no deben ingerirse. ¡Esté embarazada o no!
•Algunos aceites pueden producir reacciones alérgicas en determinadas personas, pero no en otras. Así pues, cuando emplee un aceite por primera vez, hágalo con cuidado, usando poca cantidad, hasta que esté seguro de que no le produce una reacción alérgica.
•Cuando se aplican aceites esenciales directamente sobre la piel, siempre deben diluirse con otro aceite, como avellana, sésamo o girasol.

•Si descubre que tiene una reacción alérgica a una determinada esencia, deje de usarla inmediatamente.

•Cuando tenga dudas acerca de si debe usar un determinado aceite esencial emplee en su lugar la planta fresca o seca.

Aceites esenciales que pueden producir reacciones alérgicas

Albahaca: No debe ingerirse en forma de aceite.

Alcanfor: La inhalación prolongada produce dolores de cabeza.

Amaro: No debe usarse con alcohol. La inhalación prolongada puede producir dolores de cabeza. Artemisa: El aceite esencial es peligroso y no debe emplearse.
Bergamota: Si echa este aceite sobre su piel y luego se expone al sol, puede sufrir quemaduras de cierta importancia.
Canela, corteza y hojas: Irritantes de la piel. No debe untarse ni usarse en baños. La corteza de canela puede ingerirse eleva el nivel de azúcar en sangre inmediatamente.
Clavo, yemas, tallos y hojas: Irritante de la piel. No debe untarse ni usarse en baños.

Hierba luisa: Irritante. No debe untarse ni usarse en baños.

Hinojo, amargo: Irritante. Puede producir ataques epilépticos. No debe ser usado por las embarazadas.

Hisopo: Puede producir ataques epilépticos, y posiblemente causar otros problemas. No lo use si está embarazada.
Incienso: Puede irritar la piel.
Limón:
Irritante. No debe untarse ni usarse en baños.

Mejorana: No debe ser usado por las embarazadas.

Menta: Irritante de la piel. No debe untarse ni usarse en baños.
Melisa: Irritante. No debe untarse ni usarse en baños.

Mirra: Si se unta o usa en baños puede producir irritaciones en la piel. No debe usarse durante el embarazo.

Orégano: Irritante. No debe untarse ni usarse en baños.

Poleo: Muy tóxico. No debe usarse. Las embarazadas, de manera especial, deben evitar este aceite esencial.
Ruda: ¡Peligroso! No lo utilice.

Salvia: Tóxico, puede producir ataques epilépticos. Las personas con presión alta no deben usarlo.
Tomillo: Aceite esencial peligroso, tóxico. Irritante de la piel. No debe usarse en forma de aceite esencial.
Ylang-ylang: La inhalación prolongada puede producir dolores de cabeza.
Los aceites esenciales, si se emplean de un modo inteligente, constituyen una manera agradable de curar o cambiar nuestras vidas, al mismo tiempo que se disfruta de las maravillosas y abundantes fragancias de la naturaleza.

Incienso

Una varilla o un cono de incienso pueden permanecer encendidos durante quince o veinte minutos, pero el aroma dura bastante más tiempo. Existen en el mercado inciensos de casi todas las fragancias de la naturaleza, además de muchas combinaciones asombrosas y exóticas.
La aromaterapia es un método terapéutico sumamente personal. A cada flor, semilla, madera, hierba y hoja que hemos mencionado se le atribuyen determinadas propiedades terapéuticas, físicas y sensoriales, pero tenga presente que no actúan sobre todas las personas de la misma manera. Nuestro sentido del olfato es muy personal y está íntimamente relacionado con nuestros recuerdos, tanto conscientes como inconscientes. Lo que a una persona le puede resultar relajante, a otra le puede parecer emocionalmente irritante. Experimente con diferentes aromas. En muchos lugares donde se venden aceites hay frascos de muestra para que el público los pruebe. Pero no los huela sólo en el frasco. Póngase unas gotas de aceite en la cara interior de la muñeca, de este modo se mezclará con los aceites de su cuerpo y tendrá una sensación más auténtica del efecto al contacto con su piel, y de cómo le afecta física y emocionalmente.

Pruebe los aceites y note sus efectos, emocionales y físicos. ¿Son agradables? ¿Le despiertan ciertos sentimientos o recuerdos? ¿Se siente en paz? ¿Hacen que su corazón palpite más deprisa? ¿Le dan náuseas? ¿Le recuerdan las zapatillas de lona de los gimnasios o, por el contrario, el olor de la tierra después de una buena tormenta?
Sobre todo, no se obligue a usar un determinado olor simplemente porque quiere lograr un nivel de algo que se supone que es característico de una determinada esencia. Por ejemplo, quizás haya leído en un libro que el aroma de madera de áloe fomenta el amor y la espiritualidad, pero en cambio a usted le recuerda el olor a rancio de un vestuario. Esa esencia en particular no le servirá para evocar esos sentimientos de amor y espiritualidad, y además representaría un gasto inútil. No elija esencias basándose solamente en lo que alguien o un libro le dicen. Elija las esencias que le atraigan a un nivel personal.

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